El guardia, al ver que el hombre estaba a punto de dar el paso al vacío, le hablo y le dijo que no lo hiciera, le dijo que fuera paciente para ver si mejoraba. El guardia le habló de su familia, le dijo que su familia se iba aponer muy triste si se enteraban que se había suicidado. El hombre que estaba a punto de dar el salto al vacío escucho al guardia y se detuvo, empezó a llorar cuestionándose porque la vida era así de difícil.
El hombre dijo al guardia que él no era mal padre que siempre fue dedicado a su familia, pero Dios lo dejo solo. «Ya no quiero vivir, así ya no quiero vivir”, repetía. El guardia logró acercarse al paciente y justo cuando el paciente infectado se impulsó el guardia logró agarrarlo. El guardia logró que el hombre no se cayera de lo más alto del hospital. El paciente estaba incontrolable, lloraba y lloraba. Las últimas palabras que le dijo el paciente al guardia fueron: «Me salvaste de tirarme, pero voy a morir de dolor y fiebre».