No obstante, en México aún se encuentra a personas, por no decir especímenes, que niegan la existencia de este poderoso enemigo invisible. Su idiosincrasia, su falta de cultura y sobre todo su ausencia de sentido común les impide reconocer el grave peligro en que se encuentran. Y es que, el Covid-19 no viene solo, viene acompañado por una afectación al corazón de las economías donde se presenta. La recomendación de los gobiernos en la mayoría de los países fue hacer house office, no obstante muchos no han podido trabajar en casa, y a costa de su propia integridad física, tienen que salir a las calles a trabajar.
Eso ha ocasionado una pérdida sustancial de empleos. Desgraciadamente, poco a poco va creciendo la sospecha de que, en nuestro país, el número de contagios que ha dado la autoridad oficial, sólo es la punta del iceberg. El dichoso método centinela ya ha sido descartado por su falta de precisión. Por lo pronto, los mexicanos seguimos secuestrados llenos de incertidumbre en nuestros propios hogares por el Covid-19, y no sabemos cuándo habrá de acabar esta pesadilla surrealista y mágica.