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El SNTE y el regreso a clases

Sede del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) FOTO: WEB

Ricardo Aguilar / En distintas áreas como la salud y la economía, pero particularmente en el sector educativo del país, estamos viviendo tiempos cruciales.

Las dudas que genera un incierto regreso a clases el próximo primero de junio requiere de liderazgos magisteriales sólidos, que hagan propuestas novedosas en beneficio del gremio, atendiendo por supuesto a nuestras niñas, niños y jóvenes de México.

Aunque la respuesta del magisterio haya sido “espectacular”, los actuales señores del SNTE han quedado a deber, pues después de ser un gremio que históricamente ha jugado un papel relevante en la política nacional, hoy se encuentra callado, sumiso, y desorientado.

La alternativa “Aprende en Casa”, si bien no ha sido la mejor porque no estábamos preparados para los efectos de una pandemia como la actual, es una buena alternativa, pero es ahí donde se requiere la voz del SNTE, quien en una inédita e histórica crisis sanitaria nacional e internacional ha mostrado su falta de capacidad, ilegitimidad y alejamiento del gremio.

Los representantes del magisterio actuales, quienes llegaron vociferando el respaldo al partido en el poder, ahora que las aguas están agitadas, han optado por el silencio convenenciero que no los exponga a la crítica.

La entrada en vigor de la nueva reforma laboral, los planteamientos de democratización sindical y la emergencia de un nuevo modelo pedagógico virtual son temas que asustan a la dirigencia espuria del SNTE, cuya permanencia tiene fecha de caducidad y ésta será una vez que nuestro país recobre un poco su “normalidad”.

Cuando después de la pandemia emerja la discusión de la renovación sindical y continúen los procedimientos de la Reforma Laboral, los cientos de miles de maestros y maestras mexicanas tendrán claro quién es quién en el magisterio.

Los maestros, en medio de dudas sobre la vuelta a las aulas una vez que termine mayo, han tenido que navegar solos y destinar gran parte de su tiempo, esfuerzo y dinero, en capacitarse en el uso de las tecnologías digitales para garantizar los conocimientos a la niñez mexicana.

Serán estos mismos docentes que han hecho hasta lo que no, para cumplir con su vocación, quienes tendrán muy en cuenta la ausencia de sus dirigentes en estos momentos de incertidumbre y crisis.

La autoridad educativa, quien tampoco ha presentado los protocolos necesarios para un regreso seguro a clases, debe comprender que es inconcebible entender a la Nueva Escuela Mexicana con un sindicato magisterial vetusto y arcaico como éste.

Toda la comunidad escolar, así como padres de familia necesitan certeza para que haya un regreso a clases seguro, que no ponga en riesgo a nadie.

Ahí se pondrá nuevamente a prueba a los que espuriamente “dirigen” el SNTE, pues demostrarán de qué lado están: con la niñez y los maestros o tratando de quedar bien con la autoridad en turno.