Cuando se es asintomático al coronavirus, aunque los síntomas no se noten, ni se reflejen, uno sospecha que algo anda mal en el organismo. Aun siendo asintomático debe haber ciertas reacciones en ciertas horas que de repente surgen, reacciones que antes no estaban. Cuando una persona contagia a otra, suele pasar por dos motivos. Una es, contagiar por descuido o accidente o hacerlo intencionalmente. En un asilo del área metropolitana de Monterrey una cocinera contagio a 8 personas las cuales 7 son adultos mayores. La compañera de esta mujer cuenta que la cocinera portadora actuaba siempre muy extraña. Ella no iba todos los días, sino que sólo acudía al trabajo cada tercer día. Cuando su compañera y amiga le preguntaba por qué no trabajaba todos los días ella cambiaba de tema.
La cocinera trabajaba preparando la comida de los ancianitos, nunca le dijo a nadie que estaba contagiada, todos los adultos mayores, disfrutaban de su comida. Comentan que la cocinera les daba la comida con la intención de contagiarlos. En el asilo, la casa de reposo, la primer contagiada, fue su amiga, después de ella siete ancianitos empezaron a sentir mucha fiebre; los 7 fueron infectados del COVID-19.
De la cocinera portadora del virus no se sabe nada, la cocinera desapareció como si hubiera sido un fantasma. Siendo las únicas dos cocineras de ese asilo, las autoridades acudieron a la cocina para saber quién había sido la irresponsable que estuvo trabajando estando infectada. Cuando encontraron a la compañera de la cocinera que había trasmitido el virus, esta les dijo que la última vez que supo de ella fue cuando le marcó a su celular para hacerle el reclamo de no decirle que tenía coronavirus. Cuando ella le reclamó, la cocinera apagó su celular y hasta el momento no ha vuelto a contestar; no se sabe la dirección de esta cocinera. Hasta el momento son ocho personas las que resultaron contagiadas.
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