En Veracruz estábamos mejor cuando estábamos peor; Cuitláhuac García y su “gabinetazo”, nomás no dan una

Cuitláhuac García Jiménez FOTO: WEB

Después de ver el desastre en que está convertido el estado de Veracruz, algunos se han atrevido a decir «que se vayan los pendejos y regresen los corruptos». Sin embargo, nadie en su sano juicio desea que eso pase. Aún estas muy frescas las imágenes de la despedida de Miguel Alemán cuando a días de retirarse, el Congreso local se bajó las pantaletas como experta casquivana y le concedió un préstamo con el que, según reportes, pudo comprarse Interjet, su propia línea aérea. También aún esta está en la memoria de los veracruzanos la dichosa bursatilización del corrupto Tío Fide, que dejó desamparadas a varias instituciones, pero logró hinchar sus propias cuentas bancarias. Por cierto, esa maniobra la pudo llevar a cabo con la complicidad de los diputados.

Y qué decir de Javier Duarte, preso en una cárcel de alta seguridad por usar una licuadora de recursos financieros provenientes de una cadena de empresas fantasmas. Modelo por cierto copiado y remasterizado por varios funcionarios de la Cuarta Transformación Jarocha. Y es que, a decir verdad, desmoraliza y desanima la manera de gobernar de Cuitláhuac García.

No hay obras públicas, no hay inversiones, no hay resultados en las áreas de Turismo, Salud, Educación y Cultura. Sobre todo, las dependencias están llenas de recomendados y familiares de los propios titulares. Lo cierto es que el gabinete del hijo del Profe Atanasio sólo se ha caracterizado por su rapacidad y por su falta de sensibilidad y experiencia para gobernar a un poco más de ocho millones de veracruzanos. Por esa razón, es que algunos ya quieren que llegue el mes de diciembre para tocarle las golondrinas a una pandilla de cuates que son pura pólvora mojada.

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