Y qué decir de Javier Duarte, preso en una cárcel de alta seguridad por usar una licuadora de recursos financieros provenientes de una cadena de empresas fantasmas. Modelo por cierto copiado y remasterizado por varios funcionarios de la Cuarta Transformación Jarocha. Y es que, a decir verdad, desmoraliza y desanima la manera de gobernar de Cuitláhuac García.
No hay obras públicas, no hay inversiones, no hay resultados en las áreas de Turismo, Salud, Educación y Cultura. Sobre todo, las dependencias están llenas de recomendados y familiares de los propios titulares. Lo cierto es que el gabinete del hijo del Profe Atanasio sólo se ha caracterizado por su rapacidad y por su falta de sensibilidad y experiencia para gobernar a un poco más de ocho millones de veracruzanos. Por esa razón, es que algunos ya quieren que llegue el mes de diciembre para tocarle las golondrinas a una pandilla de cuates que son pura pólvora mojada.