Cuando los maestros salieron en el 2013 a protestar a las calles contra la Reforma Educativa impulsada por el gobierno anterior, muchos padres de familia mal informados, no los bajaban de huevones y revoltosos. Sin embargo, dice la canción que el gobierno es justiciero y vengador. Con la llegad del Covid-19, las cosas cambiaron por completo. De entrada, se tuvo que ajustar el calendario escolar y se apresuró la salida dos semanas antes de las vacaciones de Semana Santa.
Luego el secretario de Educación salió a declarar que el encierro se alargaba hasta el día 30 de abril. Ahora los padres son los encargados de supervisar las tareas de sus hijos y no los maestros, éstos sólo asesoran a los alumnos por línea y eso, sólo cuando éstos cuentan con internet y computadora en sus hogares.
Algunos padres se han quejado de esta situación y muchos de ellos están desesperados porque se regrese nuevamente a clases. Ahora algunos comienzan valorar el trabajo del docente, ahora muchos se dan cuenta que no es fácil enseñar. Y eso que no tienen que lidiar con grupos arriba de 40 alumnos. Ojalá y que ahora se comience a valorar el trabajo del maestro mexicano.
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