Se esperaba otro tipo de informe por parte del presidente López Obrador, un informe que diera tranquilidad al mexicano común, pero también a los empresarios y a los inversionistas en el extranjero. Si tu mensaje no va a dar nada de lo anterior, mejor no salgas a decir nada, porque lo único que vas a hacer es avivar el avispero. Eso es lo que pasó con el informe del presidente, un informe que no dio certidumbre y por ello el peso empezó a perder terreno frente al dólar. Andrés Manuel anunció que va a crear 2 millones de nuevos empleos, y hubiera dicho 10 millones, pero eso ya pocos, muy pocos se lo creen.
Después dijo que iba a otorgar 2.1 millones de créditos, lo que significa que ahí va otra vez con su política de dar un pescado en lugar de enseñar a pescar. Otro de los puntos relevantes fue el de bajar sueldos a funcionarios de alto nivel, pero eso ya lo había ordenado, ¿acaso no se bajaron ya el sueldo? López Obrador está soslayando la corrupción que en todos lados sigue galopante, a escondidas de él o en su propia cara.
De modo que eso de bajar sueldo a funcionarios se convierte en un mito, pues, al menos los funcionarios de Veracruz, ya se dieron hasta 20 años de aguinaldo con lo que se han robado. El problema del presidente es que sigue no pretende rectificar. No piensa corregir su forma de actuar porque piensa que va bien. En México, cada vez son menos los que piensan que López Obrador está haciendo las cosas bien.
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