Después dijo que iba a otorgar 2.1 millones de créditos, lo que significa que ahí va otra vez con su política de dar un pescado en lugar de enseñar a pescar. Otro de los puntos relevantes fue el de bajar sueldos a funcionarios de alto nivel, pero eso ya lo había ordenado, ¿acaso no se bajaron ya el sueldo? López Obrador está soslayando la corrupción que en todos lados sigue galopante, a escondidas de él o en su propia cara.
De modo que eso de bajar sueldo a funcionarios se convierte en un mito, pues, al menos los funcionarios de Veracruz, ya se dieron hasta 20 años de aguinaldo con lo que se han robado. El problema del presidente es que sigue no pretende rectificar. No piensa corregir su forma de actuar porque piensa que va bien. En México, cada vez son menos los que piensan que López Obrador está haciendo las cosas bien.