Estos dos sujetos improvisados, el mismo catedrático que les entregó su título lo reconoció, no sin pena, se han encargado de dimensionar la figura del gobernador como el más estulto del país, el más torpe, el más incapaz. Por supuesto, no hay que echar toda la culpa a estos improvisados funcionarios de la Comunicación, la verdad es que el gobernador ha puesto mucho de su parte.
Como lo señalamos desde el inicio del sexenio, Cuitláhuac García no logra conectar la mente con el lenguaje, las ideas con las palabras, la sensatez con su investidura. De modo que cuando quiere hablar el gobernador quien sale a escena es el “Cuicaras” un pseudo comediante que hace sonreír a chicos y grandes.