Pero lo que llama la atención es que también se mide la aprobación del presidente en cada estado. Al inicio del sexenio López Obrador tenía cerca del 80 por ciento de aprobación en Veracruz y así se mantuvo los primeros meses.
Sin embargo, conforme fueron pasando los meses, y los veracruzanos se dieron cuenta de la estulticia de Cuitláhuac García, de su nepotismo, y sobre todo de la corrupción de él y de muchos de sus funcionarios, eso afectó la popularidad de Andrés Manuel López Obrador quien en el mes de marzo registró sólo un 20.2 por ciento de aprobación contra un 67.8 por ciento de desaprobación. La pregunta que surge es, ¿si otro hubiera sido el gobernador, estaría AMLO en los suelos?