Por supuesto Rogelio Franco Castán no es una blanca paloma, es un político oportunista, gris y pusilánime, pero si hay que ser objetivos, Guillermina Alvarado, quien fuera su esposa, es peor. Personas de su entorno familiar saben que la señora lo chantajeaba constantemente para que en los tiempos que Francos Castán ostentó el poder, le concediera espacios políticos.
En 2017 el periodista Salvador Muñoz reportó un mensaje que le llegara, después de que el reportara los supuestos golpes que Franco Castán le propinara a la señora: «La nota de Guillermina Alvarado es como reciclado. Eso pasa desde hace 15 años, y siempre se retracta. Le saca raja y se echa para atrás. Siempre hace lo mismo y hasta se recuerda cuando estaba Enrique Romero Aquino en el PRD estatal. Ella llegó con la nariz fracturada y múltiples moretones en el rostro y el resto del cuerpo. Se le dio todo el apoyo y al final del día se retractó y apareció con una cirugía plástica de nariz, diciendo que todo era cuestión de estética».
Bueno, hasta las hijas de Guillermina, en un video, señalan que la señora está mal y que ha dejado de asistir al psiquiátrico. Luego esos videos que sube; dan escalofríos. ¿Se necesitan más pruebas para determinar que la señora está mal? Hasta parece Glenn Close en Atracción Fatal.
¿Qué le está ofreciendo Morena a “Gigi”, como se pone en Facebook? ¿Quién está detrás de este golpeteo contra Franco? Este tipo de marranadas, nos comentan algunos políticos de Morena, sólo pueden salir de las porquerizas de Sergio Rodríguez, el procurador del Medio Ambiente.
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