Sabemos que lo que le está haciendo Morena en el Congreso es una vileza, una venganza, una forma de intimidación para los otros diputados. Y aunque nos deberíamos sentir empáticos por la infamia en su contra, parece ser que el señor no se deja ayudar. En una rueda Iván Aguilar dijo: «Si mañana caigo yo, es casi irremediable que la oposición veracruzana caiga mañana conmigo».
Es decir, la oposición en Veracruz se llama Érik y se apellida Aguilar. No mame diputado (todavía), usted nunca fue oposición, no sabe ni siquiera que es ser oposición. Su desafuero es inminente porque la maquinaria de Morena, operada por los secuaces del Bola 8 no se van a echar para atrás; ajenos a las sensiblerías, ellos mismos tienen miedo de que algún día les hagan lo mismo.