Érik Iván Aguilar, «el mariachi loco quiere llorar, quiere llorar»; ni manera de ayudarlo

Aguilar
Érick Iván Aguilar López, el diputado mariachi FOTO: FACEBOOK

Pobre muchacho, mejor hubiera aprendido a ordeñar vacas y a hacer quesos, o de plano se hubiera dedicado a la música, la verdad es que no canta mal las rancheras. Pero alguien lo enroló para ser diputado sin advertirle que necesitaba, al menos, utilizar el 1 por ciento de su cerebro; ese es el estándar de la mayoría de los diputados del Congreso de Veracruz. Pero Érik Iván Aguilar supuso que con ser rollero, prepotente y arrogante bastaba.

Sabemos que lo que le está haciendo Morena en el Congreso es una vileza, una venganza, una forma de intimidación para los otros diputados. Y aunque nos deberíamos sentir empáticos por la infamia en su contra, parece ser que el señor no se deja ayudar. En una rueda Iván Aguilar dijo: «Si mañana caigo yo, es casi irremediable que la oposición veracruzana caiga mañana conmigo».

Es decir, la oposición en Veracruz se llama Érik y se apellida Aguilar. No mame diputado (todavía), usted nunca fue oposición, no sabe ni siquiera que es ser oposición. Su desafuero es inminente porque la maquinaria de Morena, operada por los secuaces del Bola 8 no se van a echar para atrás; ajenos a las sensiblerías, ellos mismos tienen miedo de que algún día les hagan lo mismo.

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