Desde la llegada de Verónica Aguilera Tapia, hasta el día de ayer la directora del DIF estatal había sido señalada de varias irregularidades administrativas por la prensa crítica del estado. Mediante una auditoría se logró detectar que no ejerció casi el 48 por ciento de los mil 497 millones de pesos que se etiquetaron para el ejercicio fiscal del año pasado. Y sin embargo, el gobernador del estado la seguía sosteniendo.
Para muestra basta un botón: informes arrojados del portal de transparencia del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) confirma seis licitaciones públicas lanzadas hasta abril del 2019, cuatro de ellas vinculadas a la estrategia alimentaria, que quedaron pendientes de asignar. Además, el periodista Édgar Hernández denunció que en realidad Óscar Lara era el poder tras el trono que detentaba Verónica Aguilera Tapia.
Esta renuncia da para más, en Libertad bajo Palabra, Édgar Hernández escribió: «A final de cuentas la responsable es Verónica quien ha permitido preferencias a prestadores de servicios y productos con antecedentes penales como María Gudelia López Aguilar y Alejandro Armenta, por contratos en el pasado superiores a los 140 millones de pesos por temas de viviendas y tazas de baño». Pues ya cayó la primera y tenga la certeza que aún caerán más ratones de cola larga.
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