Las Torres de Vigilancia que la alcaldesa Lety López mandó a construir con su herrero, tenían dos computadoras y cámaras de videovigilancia. El día que se entregaron la alcaldesa dijo: «Para que contemos con herramientas modernas que nos permitan reforzar las acciones en materia de seguridad es que este día hacemos entrega de dos Torres Móviles de Vigilancia en unidad avanzamos en el camino hacia una Córdoba blindada tranquila y en paz». Córdoba blindada, pero no las Torres.
El teniente Asunción Zamora Jiménez, delegado de la SSP en la región presumió la tecnología de última generación con que contaban las torres: «Estas Torres de Vigilancia y Monitoreo cuentan con tecnología de última generación y ofrecen una gama de bondades operativas de forma versátil y eficiente representando una gran inversión y un gran esfuerzo financiero a esta administración que sin duda se verá reflejado en los resultados en contra de los delitos en el municipio de Córdoba».
¿Y cuáles fueron los resultados que vaticinaba el delegado de la SSP? Nunca imaginó que dos policías murieran en esa ratonera; policías que fueron acribillados por delincuentes, a quienes no les sirvió de nada la tecnología de última generación. Ahora bien, sobre ese esfuerzo financiero habría que ver, pues la Torres las construyó un balconero y las cobraron como si las hubieran comprado a la NASA.
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