Francisco Vargas / Desde el primero de diciembre del 2018 Veracruz pasó de tener un caudillo al frente del Gobierno del Estado a tener un ordinario personaje que aún no se termina de creer el puesto en donde está, rodeado de un grupo de incompetentes que limitan sus labores institucionales a aplaudir y encubrir todos los malos resultados que se han tenido a sus 14 meses de tomar las riendas del poder estatal. Información de dominio público y cualquier veracruzano cabal lo puede constatar, sin embargo, lo también preocupante es darse cuenta que al voltear a otro lado no hay una opción completamente viable que represente un líder político confiable para enfrentar a este grupo de ineptos que se están encargando de destruir Veracruz. El PRI y el PAN muestran gran indiferencia como oposición ante la grave crisis de inseguridad y salud que vivimos los veracruzanos, si bien es cierto alguno que otro ex funcionario o diputado local alza la voz para exhibir al propio Cuitláhuac García, a pesar de eso nunca será suficiente y sobre todo si se compara con la ardua y eficiente labor que realizó en su momento MORENA como oposición para quedarse con el Gobierno de Veracruz (una de las joyas de la corona en materia política-electoral a nivel nacional).
La situación de la oposición política en el estado es preocupante, tomando en cuenta que Cuitláhuac García ganó la elección a Gobernador con apenas una diferencia clara pero no contundente de 5.7% de su más cercano competidor, lo cual debería ser un motivo extra, sobre todo en Acción Nacional para comenzar a movilizar líderes regionales y hacer que esa estadística no sólo disminuya, sino que se revierta de cara a la elección del año que viene y poder quitarle la mayoría tanto en los congresos local y federal, así como mantener y poder añadir más ayuntamientos a su cuenta en 2021. Dicho proceso inicia en Noviembre de este año, donde se abrirá la convocatoria del INE y el OPLE, y se invitará a los partidos políticos a dar a conocer los nombres oficiales de sus precandidatos, desafortunadamente los que hoy por hoy se comienzan a perfilarse como virtuales precandidatos tanto del PRI como del PAN, son en su mayoría desconocidos o todo lo contrario, es decir, políticos con larga trayectoria pero que cuentan con un negro pasado y mala reputación, lo que por lógica generaría automáticamente que el candidato oficial de MORENA (que cuenta con el respaldo del poder estatal) tenga una ventaja extra ante su correspondiente adversario.
Cabe destacar que el partido dirigido todavía por la impresentable Yeidckol Polevnsky, si bien en cierto por cada día que pasa pierde simpatizantes gracias a los pésimos resultados que han tenido por todos lados en donde gobierna, estas elecciones llegarán no sólo con el mayor presupuesto de su historia para promover una fuerte competencia en campaña, sino que contarán por primera vez en su historia con el apoyo del Estado, es decir, del Gobierno de la República, lo que generará una fuerte competencia electoral, ayudando a MORENA a poder llevarse capital político tanto del PRD, PRI, Partido Verde y hasta del PAN para obtener el famoso “voto duro”. Abonando también que al tener estos múltiples respaldos, se facilitarán aún más las dadivas para la compra del voto a través de despensas, láminas, cemento, tinacos y todo lo que usan los partidos para manipular a la gente.
La solución tiene que ser clara y concisa: unificar una oposición partidista de manera organizada y elegir de todos los precandidatos al más preparado, eficiente y capaz de superar al del partido oficialista, de no ser así, Veracruz estará doblegado completamente a MORENA y a López Obrador por varios años más.
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