Por tal razón, en una editorial El Piñero de la Cuenca urgió al gobernador veracruzano Cuitláhuac García a definir «una estrategia de gobierno que responda a la convulsión social que vive el estado, en donde, tal pareciera, informar es delito».
Por estos hechos y abusos, no sorprende que Pascal Beltrán del Río en Excélsior termine su nota diciendo lo siguiente: «Los hechos del martes son una muestra más del desgobierno que vive Veracruz, cuya policía está fuera de control. Hace un mes mataron a la niña Genoveva Hernández, en Atzalan, y ahora acometen, a puño limpio y hasta a balazos, contra la prensa y pobladores hartos de sus abusos».
Y es que ya lo hemos señalado constantemente en Libertad Bajo Palabra, las dichosa Mesas de Construcción para la Paz sólo sirven para tomar café y comer galletas. Vaya desde aquí nuestra solidaridad a nuestros compañeros de El Piñero de la Cuenca.