El abogado de Emilio Lozoya, Javier Coello, podrá decir misa, podrá presentar pruebas que demuestren que el presidente Enrique Peña Nieto ordenó a Emilio Lozoya aceptar sobornos de la empresa brasileña Odebrecht, podrá presentar el documento firmado en donde Peña Nieto le ordena a Emilio Lozoya comprar la planta chatarra de Agronitrogenados a Altos Hornos de México de Alonso Ancira, podría presentar videos donde se muestre y escuche cómo se dan esas órdenes, y nada de eso serviría ni para salvar a su cliente ni para hundir a Enrique Peña Nieto.
¿Por qué? Porque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador ya dejó muy en claro que él no iría tras expresidentes. Cuando se le cuestionó sobre el tema, el presidente fue enfático: «Lo que yo planteé, que no es ningún pacto secreto, lo dije en mi toma de posesión y lo repito, es que nosotros no íbamos a presentar denuncias en contra de ex Presidentes, que considerábamos que teníamos que ver hacia adelante».
Desde su toma de posesión AMLO mostró una deferencia política a Enrique Peña Nieto, quien aguantó la tentación de meter las manos en el proceso electoral de 2018, y eso lo agradece mucho el actual presidente. De modo que, así como Peña Nieto le dijo a Rosario Robles, en medio de las acusaciones por la “Estafa Maestra”, así AMLO, en medio del caso Lozoya le dice a Peña Nieto desde Palacio Nacional: «No te preocupes Enrique».
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