Coprofagia política

Copofagia
Coprofagia política FOTO: LOS POLÍTICOS VERACRUZ
- en Opinión

Salvador Muñoz / La intención es no volverse monotemático, es decir, ocupar un espacio para un mismo tema, pero a veces los señores de la Cuarta Transformación, de un modo u otro, persisten en ser protagonistas de estas historias aquí plasmadas y la mayoría de éstas, provocadas por sus dichos y es lo sorprendente cuando la distancia entre el cerebro y la lengua, es tan corta…

Hay dislates propios quizás del momento, de la emoción y a veces hasta de la ignorancia, como fue el caso de la secretaria de Turismo, Xóchitl Arbesú Lago, quien en video insta a visitar las playas de Papantla y Poza Rica. En serio, uno quiere pensar que le ganó la emoción a Arbesú a la hora de citar “las playas de Poza Rica”, ¡vamos! queremos creer que “se explayó” en sus comentarios. El asunto es que el dicho o dislate de la funcionaria se sobredimensiona cuando es ella la secretaria de Turismo y debemos suponer que Arbesú Lago tiene en claro qué municipios tienen playa y cuáles no.

El playero asunto de Xóchitl al final se vuelve broma, y de ahí no pasa… sin embargo, hay otros dislates que preocupan más… hace rato comentábamos de esa distancia que hay entre el cerebro y la lengua, muy corta y por ende, muy riesgosa, por lo que a veces es necesario cuidar las palabras a la hora de expresarlas…

Uno de tantos ejemplos de ello es Andrés Manuel López Obrador y no nos referimos al asunto de “¡Fuchi, caca!” que se remata con otra expresión donde cita que se come las “eses” pero resulta un juego de palabras cuando se le puede entender que se come las “heces”… algo así como el “eso es” y es soez”… este caso, el del “¡Fuchi, caca!” quedará en el anecdotario… pero la frase a la que nos referimos es cuando cita “No quiero que los feminicidios opaquen la rifa” porque sin querer, denota una particularidad en su forma de ser, sea personal, política o ambas: insensibilidad y más ante estos casos que laceran a la sociedad.

Lamentablemente, el actuar del Presidente se vuelve una forma de ser y hacer política en sus seguidores que buscan emularlo, ya sea con esa indiferencia a “las cosas que no me importan”, o pretendiendo “hacerse los chistosos”.

En Veracruz, los casos más recientes los dan el secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, así como Cuitláhuac García Jiménez.

Primero, Cisneros, quien hace recordar a Javier Duarte de Ochoa con su “¡Pórtense bien!” cuando expresa, ante los hechos recientes en Isla, donde hubo un enfrentamiento entre policías y ciudadanos, así como agresión a medios de comunicación, que los reporteros fueron “reclutados por grupos criminales, para que cubrieran los hechos, con la encomienda de tomar fotografías y grabaciones de videos”… es decir, la criminalización del comunicador por el hecho de estar allí cubriendo un evento… no sea que después, si voy a cubrir una rueda de prensa de la encargada de la Fiscalía General del Estado, diga que fui “reclutado por grupos criminales para que cubriera los hechos”.

La otra perla, la de Cuitláhuac, la da cuando Carlos Abad, corresponsal de El Piñero en Tuxtepec, Oaxaca, lo entrevista. Allá, niega García Jiménez que la Fuerza Civil haya atacado al reportero Alberto Carmona, a pesar del video que se expuso este martes pasado… la negación de la realidad… y fue eso lo que le reiteró el reportero: la evidencia grabada donde la agresión viene de la Fuerza Civil, a lo que respondió Cuitláhuac:

—¿Y él (el reportero Alberto Carmona) qué hacía allí?

—Su trabajo.

Insistimos, la distancia entre cerebro y lengua es muy corta para que no se tenga cuidado con los dislates por parte en este caso, de las autoridades… a menos que de tanto que quieren imitar a su líder, también se coman “las heces”… coprofagia política, pues.

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