Francisco Vargas / El mes de enero sirvió para desenmascarar dos grandes atropellos para el pueblo de México que desafortunadamente tendrá consecuencias a largo plazo para las futuras generaciones del país, cortesía del inepto y corrupto gobierno de la 4T.
Por una parte, se les cayó uno de las muchas promesas de campaña de no contratar deuda, dado que los datos que entregó en el informe hace unos días el Secretario de Hacienda Arturo Herrera ante el Congreso de la Unión demuestran todo lo contrario, ya que menciona claramente un “reporte de búsqueda de dinero” tanto en el país como en el extranjero para adquirir un préstamo de 532 mil millones de pesos en este año, lo que generarían intereses que se alcanzarían a pagar dentro de varias décadas. Una gran y vil mentira en la cara de los 30 millones de ciudadanos que creyeron en ellos y que afectará a mexicanos que ni siquiera han nacido.
La segunda gran puñalada con la que nos recibió este año el gobierno de “4ta” fue en las pensiones, porque a partir del 2020, todas las que dependan del seguro social, es decir, la gran mayoría, serán recortadas de 25 salarios mínimos a sólo 10 como tope, ya que así se aprobó a través de una tesis jurisprudencial publicada por la Suprema Corte de la Nación (ilegalmente controlada por el Ejecutivo) el pasado 24 de enero y que ya fue publicada en la Gaceta Oficial, a raíz de un amparo que promovió el propio Presidente de la República.
Lo que representa, que a pesar de haber hecho esfuerzos durante más de 30 o 40 años de servicio para alguna empresa o institución, las últimas 250 semanas con las que se va a calcular tu pensión, no podrán rebasar el límite máximo de 10 salarios mínimos gracias a la propuesta de López Obrador que fue aprobada inmediatamente por el máximo tribunal del país.
Esto es de lo que no habla el comediante que tenemos como Presidente, el cual va diciendo vulgaridades por donde quiera que se para, inventando distractores como la rifa de un avión, o la eliminación de puentes vacacionales, temas totalmente irrelevantes si se comparan con las grandes injusticias que se están cometiendo a espaldas de los mexicanos. No hay justificación coherente o razonable para defender este par de puñaladas que poco a poco terminan con la esperanza de un pueblo completamente engañado por un ambiciosa e impresentable “Cuarta Transformación”.
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