En la política mexicana no existen las casualidades ni nada es gratuito, el hecho de que aún se encuentre detenida la toma de nota y aprobación del reglamento que impulsa el grupo de Alfonso Cepeda, no es por la desidia burocrática o producto de la casualidad. Se sabe de fuentes confiables que donde se toman las decisiones, los jaloneos están en primer orden, ya que están en juego muchos intereses. Por un lado, se encuentran los diputados identificados con la CNTE, éstos también quieren una rebanada del pastel del sindicato más números del país, saben que si llegaran a tener el control del SNTE, estaría a su disposición un experimentado ejército de maestros con experiencia en movilización electoral, por eso también han exigido piso parejo y que primero sea la renovación del Comité Ejecutivo Nacional.
Por otro lado, esta tardanza sólo genera incertidumbre y especulaciones, no obstante, esta situación ha hecho que salgan a la luz propuestas que en el pasado pudieran haber sonado descabelladas, como por ejemplo, la creación de otro sindicato dirigido por la propia maestra Gordillo, a quien el actual comité le ha puesto al frente diferentes obstáculos. Aunque los que conocen la trayectoria y la manera de hacer las cosas de la maestra, como el maestro Tomás Vázquez Vigil, señalan que «la maestra le apuesta a la unidad del sindicato y a la institucionalidad jurídica, no obstante, en política nada está escrito».
Sin embargo, esta idea, quiérase o no, ha movido el tapete en el Gobierno Federal y encendido los focos rojos hasta el más alto nivel, ya que la mentora chiapaneca cuenta con el suficiente capital político y el apoyo de una estructura conformada por miles de maestros agrupados bajo las siglas de Maestros por México (MXM). Aunque mucho dependerá de la determinación del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, quien está a horas de dar a conocer su veredicto.
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