La pequeña Claudia Bethel tenía la ilusión de tener una fiesta repleta de invitados donde hubiera piñatas, pastel, payasos y muchos globos; la familia de esta pequeña desde hace cuatro meses antes comenzó a planearlo todo para que la pequeña Claudia tuviera lo que quería. Contrataron payasos, compraron pastel, adornaron con infinidad de globos, incluso rentaron un trampolín, mas el día de sus cumpleaños nadie llegaba, la cita se dio a las tres de la tarde del día domingo 3 de enero, el tiempo se pasaba rápido eran las cinco de la tarde y los 90 invitados no llegaban.
El padre de la pequeña Claudia, al ver que su hija empezaba a llorar y su esposa tenía cara de tristeza, tuvo una idea que sin querer lo cambiaría todo. Tras publicar una foto de la niña junto a las sillas vacías en el salón y contar la historia en redes sociales, el caso rápidamente se hizo viral y pronto decenas de personas se ofrecieron a darle regalos y acudir a su fiesta.
Fue así como la fiesta que estaba pensada para 90 invitados, finalmente logró reunir a más de 300 personas que se hicieron tiempo en su agenda para hacer la buena acción del día. La pequeña Claudia cumplió su sueño que tanto quería. Este es un caso donde se puede ver que las redes sociales sirven para algo bueno.
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