Código Civil sería la derrota electoral

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Congreso del Estado de Veracruz FOTO: LEGISVER
Cuitláhuac no es casado ni tiene hijos
Imponer reforma ultrajaría a católicos

Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / AUNQUE LA sociedad se moderniza y ha roto ciertos moldes o tabúes que por años fueron norma y, consecuentemente, leyes morales que impedían adoptar algunos cambios experimentados, sobre todo, por los llamados países de primer mundo, la vieja Iglesia Católica mantiene sus dogmas o fundamentos casi inalterables, lo que ha impedido que reformas, incluso, constitucionales que pretenden gobiernos “transformadores”, entre otros el Movimiento de Regeneración Nacional a esquemas como el matrimonio tradicional, choquen con una colectividad mayormente católica y costumbrista, temerosa aun de lo que establecen los cánones eclesiásticos en torno a lo que significa la unión de un hombre y una mujer con la finalidad de perpetuar a la humanidad. No es secreto que México es el segunda País del mundo con mayor número de fieles católicos, casi 111 millones, solo detrás de Brasil que registra 172 millones 300 mil personas, según cifras oficiales más recientes publicadas por el Vaticano, y esto ocurre pese a las denuncias en contra de clérigos que faltando a los mandamientos han incurrido en horrorosos hechos de agresión sexual contra niños y niñas, sobre todo los primeros, muchos de los cuales aún gozan de impunidad al haber sido protegidos por altos jerarcas de la Iglesia, aunque con el advenimiento del Papa Francisco infinidad de estos han ido a dar a prisión o han sido expulsados. Y decíamos, a pesar de semejante yerros que, en realidad son delitos deleznables, la fe en el catolicismo sigue siendo muy fuerte.

SI A lo anterior agregamos que por Veracruz ingresó la evangelización del País, también llamada por el historiador francés, Robert Ricard “la conquista espiritual”, ya que por órdenes del arzobispo primado de España, Alonso de Fonseca y Ulloa, y a petición del gobernante novohispano Hernán Cortés, arribaron a la Nueva España el 19 de enero de 1523 franciscanos dirigidos por Pedro de Gante, difícilmente el Estado podrá variar los conceptos de los antiguos evangelios. No hay que olvidar que el 13 de Mayo de 1524, llegó una nueva generación de misioneros franciscanos encabezados por fray Martín de Valencia, quienes ocuparon un papel preponderante como defensores de los indígenas, entre otros Fray Juan de Zumárraga, el primer obispo de México elevado más tarde a arzobispo por Clemente VII, y quien luchó en contra de las antiguas creencias indígenas, destruyendo muchos templos y códices autóctonos, además de jugar un papel importante en la aparición de la Virgen de Guadalupe para atraer a los indígenas hacia el catolicismo, o Vasco de Quiroga, quien se asentó en Pátzcuaro y más tarde en Valladolid donde fundó el Colegio de San Nicolás Obispo, y las plantas de artesanos y campesinos, por lo que fue llamado «Tata Vasco» por los purépechas.

Y SI a lo anterior se suma que el domingo, el máximo jerarca de la Iglesia Católica, el Papa Francisco se unió al compromiso de proteger la vida humana desde su inicio y hasta su fin natural, la pretendida reforma o aprobación de un Código Civil que formalice los matrimonios entre personas del mismo sexo y les autorice a adoptar niños, está más que fracasada en el ánimo de las mayorías. Y es que solo para dejar en contexto, datos del último Censo de población y vivienda revelan que 78.7 por ciento de la población de Veracruz es católica, 9.2 por ciento protestantes y evangélicos, 6.5 por ciento no tiene religión y 3.4 por ciento profesa una religión bíblica diferente de las evangélicas; destaca para esta última que Veracruz concentra 10 por ciento del total nacional. Y si bien la tabla cruzada, respecto a la diversidad de religiones y grupos etarios, muestra que es entre los adultos donde se conserva el mayor porcentaje de católicos, mientras que entre los jóvenes tiende a incrementarse el número de protestantes y evangélicos, lo cierto es que estos últimos son más estrictos en las normas morales que les inculcan sus iglesias. Este mismo comportamiento se repite con las personas sin religión, donde el grupo de edad entre los 15 y 29 años alcanza 7.5 por ciento.

POR ELLO, aunque el Congreso del Estado aprobara el nuevo código civil, lo cierto es que no contaría con el consenso de las mayorías, lo que le haría una ley inescrupulosa, en tanto los diputados quedarían como dictadorzuelos que dan la espalda a sus representados. En ese tenor, el Papa Francisco lo dijo el domingo desde la ventana del Palacio Apostólico después del rezo Mariano del Ángelus: “Me asocio con el mensaje de los obispos y espero que esta jornada sea una oportunidad para renovar el compromiso de salvaguardar y proteger la vida humana desde su comienzo hasta su fin natural. También es necesario luchar contra cualquier forma de violación de la dignidad, incluso cuando la tecnología o la economía están en juego, abriendo las puertas a nuevas formas de fraternidad solidaria”.

EN VERACRUZ la Arquidiócesis de Xalapa dejó en claro que el matrimonio entre un hombre y una mujer es una institución natural milenaria que da origen a la familia, ya que de la relación de ambos es de donde surgen los hijos, y en tratándose de cuestiones legales, les recordó a los diputados de MoReNa y sus aliados que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 16 señala que “la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad, y tiene derecho a la protección, y de ahí que el Estado, lejos de pretender desmantelar a la familia con políticas ideológicas, debería protegerla y tutelarla. Y fue incluso más allá: “Modificar el Código Civil con esos yerros, donde sustituyen al matrimonio entre un hombre y una mujer, abriría la puerta a la adopción de niños por personas del mismo sexo, al derecho a las técnicas de reproducción que implican una serie de dilemas éticos, a la compra-venta de seres humanos, a la renta de vientres o maternidad subrogada y a la homosexualización de los niños”.

SI ESTAMOS o no de acuerdo con ello sería lo de menos; aquí lo importante es saber que dicen las mayorías, para que el Congreso del Estado, en caso de ausencia de consensos no se convierta en una instancia caprichosa o dictadorzuela que se pase por el arco del triunfo la voluntad de la sociedad. Aprobar el Código Civil por sus pistolas podría inducir a la Iglesia Católica a “sugerir” a la feligresía que no voten más por los libertinos aspirantes de MoReNa, lo que seguramente le hará un hueco a esa corriente, aun cuando el Gobernador convocara de manera diferente, que al fin y al cabo ni es casado ni tiene hijos y, por tanto, su opinión no contaría con solidez. Así de simple. OPINA [email protected]

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