Cuando el sicario recibía la orden de asesinar a alguien, señala que lo primero que hacía era localizar su armamento y su equipo. Siempre se quedaban de ver en alguna casa de seguridad, después le hacían llegar una fotografía de su objetivo que podría ser algún jefe de la policía que no ha querido pagar o algún político que obstaculizaba las aspiraciones criminales de otro.
Para llegar a la víctima este sicario sobornaba a los guardaespaldas o gente cercana al objetivo para así obtener información de donde se encontraba a dónde salía y que es lo que hacía. “Hoy en día cualquier hijo de vecino coge una pistola y ya es sicario operan sin ningún tipo de cuidado asesinan a mujeres y niños”, comenta. Este sicario fue apresado en los tiempos que el Chapo Guzmán aún estaba libre y fue así como pudo librarse del destino que había estado sembrando. “He cambiado mi vida”, comenta sosteniendo una biblia, se dice arrepentido pero el pasado pesa en su conciencia.