Código Civil atomiza a veracruzanos

Madre
Un grupo de personas asociadas a organismos –éstos sí- ultraderechistas como el Frente Nacional por la Familia y la Red Pro-Vida irrumpieron en los encuentros “Por la Igualdad y la No Discriminación” FOTO: WEB
Sociedad sigue siendo conservadora
Hay temas más urgentes que atender

Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / DICEN QUE de política y religión mejor no discutir, y de hecho nuestros veteranos solían decir que a la hora de la comida esos temas quedaban vedados en la mesa porque, incluso, el debate en torno a estos dividía a las familias. Hoy a esas cuestiones habría que agregarle un nuevo asunto que se está tornando peligroso porque tiende a fragmentar a la ya atomizada sociedad que, se quiera o no aceptar, sigue siendo mayoritariamente conservadora, aunque al Presidente Andrés Manuel López Obrador le moleste la palabreja: los matrimonios entre parejas del mismo sexo y la posibilidad de que esas nuevas uniones, en caso de aprobarse reformas al Código Civil del Estado, pudieran adoptar o concebir niños con vientres de alquiler –o maternidad subrogada como ya sucede en Estados como Tabasco-, donde la “modernidad” los alcanzó y ahora existen, para beneplácito de los matrimonios del mismo género dos posibilidades de ser padres: 1.-La gestación subrogada que es cuando una mujer recibe un embrión para llevar a cabo solo el embarazo y posteriormente dar a luz y, 2.-La maternidad subrogada que consiste en que una mujer, además de llevar a cabo la gestación, entregó su óvulo para la fertilización, todo contenido en el artículo 380 bis 2, fracciones I y II, del Código Civil de aquella Entidad que establece que la Gestación por Contrato Subrogada implica que la gestante sea inseminada aportando sus propios óvulos y que después del parto entregue el recién nacido a la madre (o padre) contratante mediante adopción plena, y la Gestación por Contrato Sustituta que implica que la gestante sea contratada exclusivamente para aportar en su vientre un embrión obtenido por la fecundación de gametos de la pareja o persona contratante, algo que seguramente está bien para quienes son infértiles y, por tanto, no pueden tener hijos pero no en el caso de los matrimonios del mismo sexo, y aunque somos defensores encarnizados de la igualdad y la no discriminación y lo hemos demostrado en nuestros espacios, no estamos de acuerdo en ello ya que padre y madre hacen el equilibrio perfecto para los hijos.

COMO FUERA, el dictamen de reforma al Código Civil de Veracruz, que permitiría el matrimonio igualitario, está listo para ser votado en el pleno del Congreso Local, y qué bueno que eso suceda. Si una pareja del mismo sexo desea casarse por lo civil y la ley lo permite, adelante, pero que sea única y exclusivamente por cuestiones jurídicas de pensión, acceso a la salud e, incluso, herencias a futuro, pero no para adoptar niños que requieren los equilibrios de un hombre y una mujer –y llámennos retrógradas si gustan y lo aceptamos-, pero nadie podría negar que la mujer y el varón pensamos diferente, incluso en cuestiones de cómo educar a los hijos, y eso hace la armonía o balanza justa. Es indiscutible que el amor de una madre es el combustible que logra imposibles, y es la fuerza motor que empuja a todo ser humano. Cualquier mamá, nos guste o no, se presenta como el mejor ejemplo y motivación para los pequeños, y sin ir más lejos, ellas son todo lo que somos, mientras que el padre de hoy ya no es solo el que tradicionalmente ganaba solo el sustento e imponía la disciplina. Su rol ahora destaca por su fuerte influencia para integrar a la familia, contribuir en el desarrollo social y emocional de los hijos, y alguien dirá: ¿y qué me dices de los padres o madres solteros? Y la respuesta es indiscutible: son otra circunstancia que no tiene comparación con los matrimonios igualitarios con hijos adoptivos o subrogados.

POR ELLO, sin duda, la reforma que se pretende al nuevo Código Civil del Estado, más que ser promovida en foros que a decir verdad han resultado un fiasco, deberían ser sometidas al consenso social, esto es, a un referéndum abierto, y que la sociedad determine qué piensa, porque hacerlo como se está llevando a cabo provoca la animadversión de grupos sociales ultraconservadores y de la Iglesia misma, y eso es un riesgo, porque se está soslayando o ignorando a un gran sector de la población que tiene un peso específico en el conglomerado que somos todos. Hacerlos a un lado e imponer caprichos por intereses políticos solo conllevará al derrocamiento de esas mismas ambiciones, sobre todo de quienes las promueven, ya que la sociedad ofendida podría volverles la espalda en su momento.

DICE, SIN embargo, la diputada sureña Mónica Robles Barajas, del Movimiento de Regeneración Nacional, que la iniciativa ya está lista para ser votada, y que solo serían necesarias las firmas de los integrantes de la Comisión para llevarlo a votación al Pleno, luego de que se acuerde en la Junta de Coordinación Política. “Hacer este ejercicio de dar a conocer el contenido de la reforma ha sido valioso, porque me parece que tener este acercamiento con la ciudadanía es importante, ya que se enteran cuáles son los beneficios que trae en general”. Lo cierto es que la propuesta no ha sido del todo aceptada por la generalidad de la población, sobre todo grupos religiosos que la critican, y aunque reconoce que no hay fecha para lograr llevar esta reforma al Pleno, las opiniones ya están muy divididas y el Estado atomizado, algo que no conviene en los momentos tormentosos que vive Veracruz, con una encargada de la Fiscalía General sin credibilidad por sus parentescos, con violencia por todas partes y un desánimo que hace ver al territorio jarocho como un Estado fallido.

QUIZÁ LO mejor sería aguardar más tiempo, congelar el proyecto de reforma “hasta que se atemperen los ánimos” como solía decir don Fernando Gutiérrez Barrios, y enfocarse el Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez en temas que acaparan la atención y que demandan pronta solución antes de que el destino lo alcance, y dejar para después esto de los matrimonios igualitarios que al fin de cuentas, las parejas del mismo sexo que quieran vivir en unión libre pueden hacerlo sin que nadie les moleste, y de hecho lo hacen ya que están en su derecho, pero echarle más combustible al asador por razones que se ignoran es seguir abonando a las manifestaciones de los católicos y conservadores que, incluso, podrían ir elevando el nivel de protesta y engendrar esa división que sería propicia para los grupos delincuenciales que solo esperan más desgobierno para cometer sus fechorías. Ya se vio en Coatzacoalcos y en otros municipios del Estado donde la agresión, amenazas y violencia subió de tono, a tal grado que fue necesario suspender otros encuentros, mientras que para el celebrado este jueves en el Congreso del Estado fue necesario blindarlo con decenas de policías y vigilancia privada a fin de que la sangre no llegara al río. Cada cual su cuento, pero a decir verdad, esto no es tan urgente como para dividir aún más a los veracruzanos. OPINA [email protected]

Todos los derechos reservados. Este material no puede ser publicado, reescrito o distribuido sin autorización.

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *