Fiscal sin exámenes de control y confianza

Fiscal
Verónica Hernández Giadáns, fiscal espuria de Veracruz FOTO: WEB
¿Quién para sustituir a Hernández Giadáns?
Cinco grupos morenos se disputan el poder

Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / AUN CUANDO se trata de un organismo autónomo del Estado, con personalidad jurídica y patrimonio propio, además de independencia técnica, presupuestal, de gestión y para emitir las reglas conforme a las cuales sistematizará la información bajo su resguardo, lo cierto es que la Fiscalía General del Estado ya no es confiable, pues más allá del parentesco que la encargada del despacho, Verónica Hernández Giadáns reconoce con una presunta delincuente ligada a peligroso cártel, han pasado cuatro meses desde que sustituyó al panista Jorge Winckler Ortiz en un desaseado “golpe de Estado” orquestado desde Palacio de Gobierno, y es la fecha que la señora no ha mostrado los resultados de los exámenes de control y confianza a los que por ley debió someterse antes –o después- de asumir el puesto, así fuera en calidad de mientras. Y es que de acuerdo al Centro de Control y Confianza de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, al operar el proceso de evaluación de confianza se fortalece la credibilidad, eficacia y operatividad en las instituciones de seguridad, de conformidad con la normatividad, procedimientos, objetivos y funciones aplicables en cada institución, así como la obligatoriedad de mantener niveles homogéneos de profesionalización en el desempeño de sus funciones, además de que permite contar con instituciones de seguridad pública y/o privada que destaquen por servidores públicos competentes, confiables, alejados de la corrupción, con una visión de servicio y cuyo perfil corresponda a los requerimientos del puesto y valores institucionales. Más claro ni el agua.

LO CURIOSO es que han pasado cuatro meses desde que doña Vero asumió la Fiscalía Estatal por instrucciones de su “jefe”, el Secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos -que la tenía como directora jurídica-, y es la fecha que la señora no ha exhibido el papelito que la acredita apta para desempeñar el cargo, aun cuando el 16 de Septiembre del año pasado, su paisano y actual presidente de la Junta de Coordinación Política en el Congreso local, Juan Javier Gómez Cazarín (al otro que debe el puesto ya que hizo circo, maroma y teatro para nombrarla al vapor), le recomendó realizarse los exámenes de control y confianza, pero como en Veracruz los funcionarios una vez montados en el lomo del poder se pasan la ley por el afamado arco del triunfo (o por los entrecejos, como dice el pueblo bueno), Hernández Giadáns no le dio la menor importancia, sabedora que tiene un padrino poderoso que la sacará de cualquier embrollo, aunque difícilmente podrá hacerlo de la complicación en que la metió el dolido diputado tuxpeño, José Manuel Pozos Castro, cuya carrera se la debe, única y exclusivamente a la traición, ya que lo mismo ha infamado a sus antiguos amigos del PRI, luego del PAN y ahora del Movimiento de Regeneración Nacional, esto debido a los rencores acumulados, ya que antes de ser diputado y Presidente de la Mesa Directiva del Congreso Local –posición de la que fue removido- quiso ser Secretario de Seguridad con la sola experiencia de haberse desempeñado como titular del llamado C4 (Centro de Comando, Control, Comunicación y Cómputo) en tiempos del alemanismo, cuando sus viajes a Las Vegas eran célebres para apostar fuertes sumas. Pozos aceptó finalmente ser legislador y Presidente de la Directiva, pero le acotaron otros manejos, sobre todo el del dinero, situación que lo molestó porque, para variar, tampoco le dejaron meter la mano al cajón, y en ese tenor empinó a doña Hernández Giadáns.

POR ESA razón no dudó en soltarle la pregunta que ya la hizo famosa en el mundo, y que la encargada de la Fiscalía no pudo evadir, de tal suerte que reconoció un parentesco del cual, si bien no tiene la culpa, debió informar en tiempo y forma a los diputados que le tomaron protesta al vapor (soy prima hermana de “la Jefa”), y acaso por ello, el otro autor de la asonada –junto con Eric Patrocinio Cisneros Burgos-, Juan Javier Gómez Cazarín le recomendó que se hiciera los exámenes de control y confianza, pero la señora lo desoyó sabedora que las complicidades hunden a todos quienes las fraguan. El Tuxtleco lo dejó bien claro en aquella ocasión: “No vamos a distinguir que si acaba de entrar o no, nosotros queremos justicia para los veracruzanos y de ahí no nos vamos a mover los diputados (…) Lo mismo que se le exigió a Jorge Winckler se le va a exigir a Verónica Hernández, ella tiene que cumplir en menos de 90 días su examen de confiabilidad y si no lo presenta no será una persona apta para desempeñar el puesto”.

LO QUE Gómez Cazarín no ha considerado es que la señora ya tiene 120 días en la Fiscalía y, al parecer, le vale sorbete la ley, ya que de otra manera, en su comparecencia del martes ante diputados habría mostrado los resultados de sus exámenes y habría acallado muchos rumores, pero no lo hizo y en la irresponsabilidad lleva la penitencia. Lo que llama la atención es que el propio Cazarín ha indicado que el Congreso del Estado no ha recibido más pruebas que permitan la destitución definitiva de Winckler Ortiz, quien por lo tanto tiene aún derecho de audiencia, lo que pareciera un mensaje al Secretario de Gobierno y su Fiscal carnal que acaso proviene del propio Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, luego del acelere del bajacaliforniano que usando a una vendible legisladora del PRI, impulsó una iniciativa para que sea él y nadie más quien cubra las ausencias del mandatario Estatal por 60 días, como adelantándose a una probable remoción de García Jiménez, algo que no gustó al mandatario que ni tardo ni perezoso mandó un mensaje: no se confundan; hay gobernador para rato.

EL LEGISLADOR de Los Tuxtlas ha sido reiterativo cuando sostiene que Verónica Hernández es solo la encargada de despacho, y que si bien puede participar para ser titular del organismo autónomo, para esto se requiere hacerlo en una sesión del pleno del Congreso local (que él controla al ser desechado Pozos Castro). El problema para Veracruz es que no se observa un prospecto para el cargo, aunque se escuchan versiones en la capital del País –donde mantiene buenas relaciones- que el doctor Tomás Mundo Arriaza podría ser un buen candidato, porque a decir verdad, entre los abogados de la Cuarta Transformación solo se observan profesionistas de quinta o sexta que acaso harían un papel más lastimoso que la Giadáns –que ya es mucho-, además de que el Estado se lo disputan tres o cuatro grupos: el de Cuitláhuac García Jiménez que aunque Gobernador no tiene gran peso; el del afamado “Bola Ocho”, que tiene amarres y podría poner a temblar al mismísimo mandatario; el de Manuel Huerta Ladrón de Guevara que logró insertar a su prima hermana como Presidenta del Tribunal Superior de Justicia, y los de la ciudad de México que siguen mandando y operando, y acaso de allá provenga la oportunidad del maestro Mundo Arriaza, un profesionista preparado como pocos. Habrá que esperar los acontecimientos, y ver si Eric Patrocinio Cisneros Burgos, con todo y el descrédito de la Fiscal, la sigue sosteniendo. A ver qué pasa…OPINA [email protected]

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