El consumo de esta droga, como otras adicciones, no tiene una edad específica para consumirla, ya que hay adultos, jóvenes y hasta niños que han caído en la adicción al cristal, en parte por el bajo costo que tiene, pero también por la sensación que brinda. Desde el primer consumo de este enervante tiene un efecto estimulante, intensifica las emociones, aumenta la capacidad para permanecer despierto durante más tiempo, da energía para hacer actividad física, aumenta la resistencia y disminuye la sensación de apetito.
Pero para recuperar esas sensaciones es preciso consumir más y en mayor cantidad. Los jóvenes de hoy en día están más propensos a caer en alguna droga así de mortal, así que cuando usted vea que su hijo no come o presente algún síntoma de los que produce el cristal, preste mucha atención y bríndele mucho cuidado porque puede que esté consumiendo cristal.