Ana Miriam Ferráez sabía que pedir a la ciudadanía que acudiera a su informe de gobierno sólo para escucharla hablar, era pedir demasiado. Por ello se le ocurrió a ella y a su hermanito Daniel Ferráez, convertir el Palacio Legislativo en “El Palacio de la Chunchaca”, una sede del Salón Bazar. Ni siquiera así llenó el lugar. La acompañaron algunos diputados, algunos líderes de colonias y uno que otro despistado. ¿Qué informó Ana Miriam Ferráez? Todos en el Congreso de Veracruz saben que el trabajo de la diputada de Morena es nulo. Su presencia en esta Legislatura es de adorno, aunque ella no adorne nada.
Lo que preocupa es que los encargados del recinto hayan permitido que un lugar tan solemne como el Congreso de Veracruz se haya convertido en un antro, en un salón de baile. Esta diputada, que ha cometido una variedad de torpezas, pretende ser la próxima alcaldesa de Xalapa; quien realmente la impulsa es su ambicioso hermano, que ante el vacío de poder que existe en el gobierno, se está metiendo en todas las áreas para vender sus eventos, rentar sus inmuebles y ofrecer a la hermana como un dechado de virtudes políticas.
¡Allá el que se la compre! Porque si Hipólito Rodríguez resultó ser un jumento en la alcaldía, Ana Miriam Ferráez sería un monumento a la ineptitud y torpeza.
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