Lo que preocupa es que los encargados del recinto hayan permitido que un lugar tan solemne como el Congreso de Veracruz se haya convertido en un antro, en un salón de baile. Esta diputada, que ha cometido una variedad de torpezas, pretende ser la próxima alcaldesa de Xalapa; quien realmente la impulsa es su ambicioso hermano, que ante el vacío de poder que existe en el gobierno, se está metiendo en todas las áreas para vender sus eventos, rentar sus inmuebles y ofrecer a la hermana como un dechado de virtudes políticas.
¡Allá el que se la compre! Porque si Hipólito Rodríguez resultó ser un jumento en la alcaldía, Ana Miriam Ferráez sería un monumento a la ineptitud y torpeza.