Desafortunadamente para el partido del presidente, algunos gobernadores no están haciendo un buen papel. Al menos el gobierno de Veracruz, Cuitláhuac García, sólo destaca por el alto número de feminicidios, y por su nepotismo y tráfico de influencias. No obstante, la jugada de último momento, seria cambiar al actual gobernador, al cumplir dos años de gobierno y colocar a un bateador emergente con alto carisma electoral, para que, en el 2024, no pierdan la importante plaza que significa Veracruz.
Por lo pronto, ya se les comienzan a quemar las habas a muchos funcionarios que piensan que son los herederos benditos de la Cuarta Transformación. Lo que no deben de olvidar es que el pueblo ya ha madurado políticamente, y muchos que piensan que el pueblo les dará su bendición, podrían llevarse un palmo de narices. Así es la política, a veces premia y en ocasiones castiga.