Los maestros mexicanos juegan un papel muy importante en el desarrollo de la sociedad, sin ellos la capacitación y enseñanza brillarían por su ausencia. Por esa razón, el gobierno federal debe de reconocer dicha contribución. Sin embargo, tal pareciera que los maestros contaban con mejores condiciones de promoción que con las que se cuenta ahora.
Resulta que, con la reforma de Peña Nieto, cualquier maestro que presente un examen para ser director, sin ser subdirector, podía llegar a esa posición. De igual manera si un subdirector, presentaba el examen para ser supervisor, sin ser director escolar, y lo lograba pasar, este ocupaba la plaza, sin reparo alguno. Hoy con la dichosa promoción vertical, las cosas han cambiado, esta se basa en el ascenso lineal sin la posibilidad de obviar ningún escalón, como se hacía antes. Con estos nuevos lineamientos, ahora los aspirantes deberán tener de antecedente la categoría inmediata inferior con nombramiento definitivo.
Pero eso no es todo, el aspirante deberá estar en funciones y contar con cinco años de experiencia mínima. De manera que aún falta mucho camino que recorrer, y conforme pase el tiempo y los maestros conozcan más a fondo el nuevo modelo educativo que impulsa la 4T, tenga la seguridad, que habrá muchas inconformidades. Como dijera Renato Leduc, “dar tiempo al tiempo”.
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