¿Qué de diplomático tiene llamar cínico, sinvergüenza, bellaco y padrino de los tiranos latinoamericanos al presidente de México? Por supuesto, la respuesta de Andrés Manuel López Obrador está a la altura de su investidura: “Vamos a esperar para que este asunto diplomático se resuelva, no vamos a engancharnos en dimes y diretes, no está a nuestro nivel”. “Tuto Quiroga” acusa al electo López Obrador, pero defiende a su presidenta Jeanine Áñez, quien fue impuesta y por ello su presidencia es de facto.
Se vale de la condición femenina de la presidenta de Bolivia, como si el género la exentara de ser ilegítima. Para López Obrador responder en el mismo lenguaje que Jorge Quiroga Ramírez hubiera sido ponerse a su nivel, es decir, en el subsuelo de la diplomacia y la política latinoamericana.