Un cura de nombre Lorenzo, originario de La Plata, Argentina, había sido denunciado por los padres de cinco niños, los cuales eran abusados sexualmente por el prelado. Este cura elegía a sus víctimas de 13 a 15 años y les daba un trato diferente. Señalan que el cura tenía un grupo de jóvenes a los cuales invitaba a su casa en donde hacía fiestas con palomitas dulces y refrescos. El cura Lorenzo tenía en su casa las mejores pantallas y los videojuegos más recientes para que los niños siempre quisieran estar con él en su vivienda.
Más el cura Lorenzo no contó con que cinco de estos adolescentes que habían ido a su casa, contaron a sus padres lo que el cura le gustaba hacer estando solos con ello. Los padres preguntaron a los jóvenes que era lo que hacían cuando el cura los invitaba y estos confesaron que el cura les hacía peticiones como masajear sus pies y espalda para después frotar sus cuerpos desnudos contra ellos; algunos de estos cinco jóvenes confesaron que el cura les hacía sexo oral y eyaculaba en sus partes intimas
Los padres de estos menores fueron a poner la demanda ante las autoridades de Argentina. Al enterarse el padre Lorenzo que ya había una orden de aprehensión en su contra, tomó un arma que tenía guardada, se la puso en la boca y se quitó la vida de un disparo. Los patrulleros que ya iban por él, encontraron el cuerpo del padre Lorenzo con una bala en la boca, el cura ya se encontraba muerto sin ningún rastro de vida.
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