Dicen por ahí que todos tenemos un pie en la cárcel y otro en el hospital, y es que en este mundo traidor, el que no cae, resbala dijeran las venerables abuelas. En el caso de García Luna, quien fuera el otrora poderoso hombre fuerte del sexenio calderonista, jamás nos imaginamos verlo vestido con el uniforme naranja de los presos y con esposas en las muñecas y en los tobillos como cualquier vulgar maleante. Se ha filtrado a las redes sociales una imagen, sin confirmar aún su autenticidad, y al parecer tratada digitalmente, donde se le ve desencajado y esposado. Puede que no sea real, pero la sólo idea de imaginarlo así, emociona a más de uno.
Y es que la realidad se impone ante la ficción, ni los mejores escritores de narcoseries se imaginaron esta escena. Un Genaro García Luna que en el rostro refleja incertidumbre, miedo, y sorpresa con un gafete a su costado derecho que lo identifica como reo. Ante él parece el tribunal de un país extranjero, frente a sus ojos aparece la bandera de los Estados Unidos.
Genaro García Luna, seguramente por consejo de sus abogados, se declara inocente. Sin embargo, las acusaciones en su contra son muy serias. Su abogado señaló que su cliente es acusado, «por haber obtenido sobornos y haber ayudado a los cárteles a transportar drogas a Estados Unidos», no obstante como todo abogado, considera que la denuncia no tiene fundamento alguno ya que se sustenta sólo por las declaraciones de los testigos protegidos y del “Rey” Zambada, pero no hay ninguna otra evidencia. Pues mientras son peras o son manzanas, la supuesta imagen de García Luna en traje naranja, hace que se recobre un poco la confianza en la justicia.
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