El presidente Andrés Manuel López Obrador fue muy enfático: «Ya giré instrucciones para que se haga una revisión en todo el Gobierno. Quienes estuvieron en el equipo de García Luna, quienes después del Gobierno de Calderon pasaron al de Peña y llegaron a nosotros, si es que hay. Pero si los hay y estuvieron actuando en este tipo de funciones, ¡Para afuera!». En su momento lo calificamos como un disparo en el pie, como una acto impulsivo y populista. Para empezar García Luna no ha sido juzgado, pero AMLO ya lo tenía sentenciado a él y a sus excolaboradores.
El fin de semana Claudia Sheinbaum le ha de haber dicho que su secretario de Seguridad Ciudadana había trabajado con García Luna, y ni modo de correrlo. Ese y otros casos que le enumeraron el fin de semana fueron suficientes parta que López obrador reculara: «A todos los involucrados con García Luna una recomendación afectuosa que se serenen, que se tranquilicen el que nada debe nada teme, que cooperen o que expliquen es de sabios cambiar de opinión».
Cheque usted el lenguaje, «recomendación afectuosa». Días atrás había dicho «para afuera», como si de perros roñosos se tratara. Así las cosas con el presidente que no se equivoca, y que si le demuestran que se equivocó siempre podrá decir: «Yo tengo otros datos».
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