Tenía tres perros y un gato, y por mensajes de Facebook amenazaba con seguir matando si no le regresaban a sus mascotas. El amor por sus mascotas fue clave para poder localizarlo y aprehenderlo. La ciudadanía del Estado de México se enteró de él debido a la desaparición de Jessica Guadalupe, una joven que acudió a su domicilio, que fue asesinada ahí, en el lugar donde Oscar “N” ya tenía a otras dos mujeres enterradas en su patio.
Oscar “N” se ufanaba de que la policía no lo iba a aprehender, pues él se consideraba más listo que los policías, a quienes había evadido por 12 años. El “Monstruo de Toluca” dice no sentir arrepentimiento, ni siquiera por la muerte de su padre.