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Si el Cuic pensara renunciar a todos los incapaces de su gobierno, no sólo se quedaría solo, sino que tendría que renunciar también él

Xalapa, Ver. El gobernador de Veracruz Cuitláhuac García Jiménez y el secretario de Salud de Veracruz, Roberto Ramos Alor FOTO: MIGUEL ÁNGEL CARMONA/FOTOVER

¿Cómo lo va a correr?, si está esbozado a su hechura. El gobernador de Veracruz está en los últimos lugares en cuanto a aceptación, en cuanto eficiencia, en cuanto a resultados. El secretario de Salud está cortado con la misma tijera: Los diputados no lo aceptan, lo consideran ineficiente y sus resultados son nulos. Por ello no esperé usted que el gobernador despida a un cofrade de su puesto como secretario de despacho. Por supuesto, juntos miran la realidad con el mismo cristal y presumen logros que sólo están en su imaginación.

Tanto Roberto Ramos Alor como Cuitláhuac García tienen el pasado para echarle la culpa de todo; su incapacidad no cuenta, los otros son los que les llenaron el camino de obstáculos. Ahora bien, eso de que no ha habido corrupción con proveedores es una falacia.

En su momento reportamos las adjudicaciones directas al entonces superdelegado de Jalisco, Carlos Lomelí Bolaños, quien ya fue retirado de su puesto como superdelegado, y a quien se le firmaron contratos por adjudicación directa por más de ocho millones de dólares, es decir, 153 millones 039 mil 200 pesos, tan sólo en Veracruz. (https://libertadbajopalabra.com/2019/05/19/veracruz-implicado-en-corrupcion-en-la-compra-de-medicamentos-abisalud-propiedad-de-superdelegado-en-jalisco-con-contratos-por-adjudicacion-directa/).

De tal modo que, aunque hay quedado claro que Ramos Alor es de lo peorcito y que lo incapaz no se le quita con ninguna limpia, el gobernador no lo va a dejar ir, porque si empieza a retirar a todos los incapaces de su gabinete, no sólo se quedaría solo, sino que tendría que renunciar también él.