Francisco Vargas / México se está transformando, inicia el primer año de un nuevo régimen de gobierno, en el cual sin duda alguna, han demostrado no ser igual a sus antecesores. Realizando una serie de cambios que dejan a nuestro país con las peores estadísticas desde hace décadas, desapareciendo todo lo bueno habido y por haber del pasado, sin importarles si afecta o no a la ciudadanía. La convocatoria del hoy Presidente López Obrador por la “supuesta” lucha contra la corrupción y el fomento a la austeridad en los tres poderes, han tenido graves efectos adversos para la mayoría de los mexicanos durante su primer año de gestión.
Ya que si de corrupción hablamos, tan sólo en lo que va del primero año de gobierno, el 75% de los contratos han sido por adjudicación directa sin licitación, los casos de corrupción del Ex Delegado en Jalisco; Calos Lomelí, del compadre del Presidente, Miguel Rincón en la SEP, y ni hablar de la investigación al titular de la CFE, Manuel Bartlett por enriquecimiento ilícito, comprueban que no hay ningún avance, sino todo lo contrario.
En materia de austeridad, los resultados son prácticamente nulos, ya que el propio Presidente ha anunciado ahorros multimillonarios, por recortes presupuestales y la desaparición en lo que considera gastos innecesarios como lo fueron, el avión presidencial [el cual no se ha vendido, y seguimos pagando con nuestros impuestos el arrendamiento en EEUU], el estado mayor [el cual sigue existiendo, pero con otro nombre y ahora sirve para cuidar a Evo Morales y ejercer otras labores], el cancelar el NAIM en Texcoco, por que según él, era muy caro y existía corrupción dentro de los contratos de la obra, lo que ocasiono una pérdida de 20,000 mdd, al echar a la basura las futuras ganancias y el avance que ya se tenía, o el iniciar la construcción de la refinería en dos bocas, con un costo de más de 10 mil millones de dólares [25% más caro del costo que propuso en campaña], el cual especialistas calculan que tendría las ganancias de inversión en al menos 15 años, ya que hoy muchos países primermundistas están empezando apostar por energías renovables y 3 de las empresas automovilísticas más importantes del mundo, han anunciado la última producción de sus carros de combustible para 2022, es decir; una millonaria inversión tirada a la basura.
En el sector salud, cientos de hospitales de todo el país han sido afectados por los recortes presupuestales de la “austeridad republicana”, dejando sin la infraestructura, tratamientos y medicinas a miles de enfermos. Y de seguridad, economía, y empleo, mejor ni hablamos, ya que los 30,000 asesinatos en este primer año, la pérdida de más de 75,000 empleos y la recesión económica de nulo crecimiento del -0.2%, dejan a México con las peores estadísticas desde el sexenio de López Portillo.
Con esto queda claro que la famosa “Cuarta Transformación” ha llegado para cambiar la vida pública de México, cuya finalidad, parece no ser mejorar la calidad de vida del pueblo, ni tampoco promover el desarrollo del país, si no imponer caprichos personales y una diferente forma de hacer política [la cual no quiere decir que sea buena forma], así como el buscar revanchas y venganzas partidistas del pasado, y poder desquitar lo que por más de 12 años de campaña hizo enojar al hoy Presidente de todos los mexicanos.
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