Sin embargo, en los tiempos de la Cuarta Transformación los acarreados son los empleados de confianza, esos que laboran en las oficinas de gobierno y que tienen un nivel de vida un poco más alto que los acarreados de antes. Ellos van obligados, porque no requieren de ese viaje turístico, y menos para ir a la Ciudad de México para echar porras.
Y, por si fuera poco, ni les dan “lonche” ni les pagan el autobús. Uno de esos acarreados mandó el siguiente mensaje: «No tienen madre, antes te pagaban el autobús y te daban jugo, manzana y torta, hoy puro chile, todo hay que pagarlo. Hoy, como acarreado, todo te lo tienes que pagar tú».