Los dreamers tienen que cargar grandes cantidades de comida y agua lo suficiente para aguantar siete días de un largo y desconocido viaje. Según el testimonio los paisanos, pasan por Aguascalientes, Zacatecas, Durango, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas acercándose poco a poco a territorio americano.
Ya estando en El Paso, Texas, los coyotes se ponen de acuerdo con la que alguna vez fuera la organización criminal más violenta de México, los Zetas: «Cuando llegas a Texas te meten la cabeza en una bolsa negra y tienes que tener los 40 mil en la mano, para dárselos a los Zetas. Mientras ellos te van contando el varo, te van moviendo, pero no los puedes ver», aseguró la persona.
Según esta persona, los coyotes sólo dejan descansar 20 minutos a los migrantes, pues entre más rápido lleguen, hay menos peligro de ser cachado por la migra. «Una vez que pasas eso, te dejan en el desierto y caminas. Solo te dejan descansar un rato en la noche, unos 20 o 30 minutos para dormir. Pero te quedas en el desierto ahí con las víboras y todo».
Ya habiendo cruzado el río Bravo, sigue el último paso: cruzar el muro, la fuente cuenta que su amigo intentó 17 veces cruzar el muro. Ya habiendo cruzado el muro, los dreamers se esconden de la migra para no ser deportados. Estando allá los coyotes les dan un celular con la finalidad de que les llegue un mensaje de aprobación.
«Una vez que cruces tienes que escabullir y te mandan mensaje diciendo ´ya pasaste´. Pasan por ti en una camioneta y te llevan al lugar donde vas a estar, están súper feos los depas, están enchinchados pero llegas con chamba y le pagas al coyote cada semana, son como 2 mil pesos». Difíciles situaciones son las que tienen que atravesar las personas para mandar dinero a sus familias.