El joven parricida de 19 años dijo que se le metió el diablo. «Salí loco a joder a mi pobre niña», dijo ya arrepentido. «Cúrenme, cúrenme, que esa mujer me tiene embrujado», rogaba Luis Rodríguez quien señaló que en sus cinco sentidos no hubiera cometido el atroz crimen. Ahora el joven parricida puede penar una condena de 20 años de prisión.
Pero quién sabe si alcance a cumplirla, pues como los presos ya se enteraron de su crimen, el mismo comenta: «Los reclusos me dicen que, así como maté a mi hija, me van a matar a mí». Cada día es más común ver parejas adolescentes con hijos, personas que no están preparadas para una relación de pareja y mucho menos para criar un hijo.