¡Vaya!, hasta que alguien mostró un poco cordura y congruencia con el nombramiento de Rosario Piedra Ibarra como titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Resulta que el consejero Manuel Athié Gallo renuncia como integrante del consejo consultivo de la CNDH, en rechazo al procedimiento y la manera como fue electa la nueva titular. Y es que no se trata de tomar posturas si la nueva titular es la apropiada o no, se trata de reconocer que el fin no justifica los medios, y sobre todo, condenar la manera gansteril de cómo se manejó el asunto en el Senado.
La acción de Ricardo Monreal de querer viciar y contaminar el proceso introduciendo dos votos en lugar de uno, resulta más que reprochable. Los legisladores actuaron como brabucones, imponiéndose por ser mayoría. Nunca privilegiaron el diálogo y el debate, se impusieron y finalmente se salieron con la suya.
Por esa razón, cobra importancia la postura de Manuel Athié Gallo, quien también figuraba como candidato a presidir la CNDH. Por cierto, el renunciante ha solicitado un amparo por la violación de sus derechos humanos, y está dispuesto a recurrir a instancias internacionales en caso de que en el país se hagan de oídos sordos.
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