Morena, política a madrazos

Suplente
Cuitláhuac García y Éric Patrocinio Cisneros FOTO: WEB
- en Opinión

Edgar Hernández* / 

¡Eric Cisneros, la “mano negra”!

Bastaron tan solo 11 meses para que sus tribus se encargaran de lapidarlo y mandarlo al basurero de la historia.

Tantas esperanzas. Tantos sueños de opio por una permanencia centenaria en el poder, como la del PRI. Tantos compromisos tejidos primero al amparo de la nada, luego al amparo de la victoria, para que una vez encaramados lo tiraran todo por la borda.

Lo del pasado fin de semana fue tan solo un botón de cómo los morenos demuestran que la única forma que saben de hacer política es por la vía de los golpes y las mentadas de madre.

Habremos de recordar que el ADN de inconformidades y violencia contra este partido parte del 26 de enero del 2016, cuando Andrés Manuel López Obrador pronuncia las palabras mágicas de que “Cuitláhuac García sería el candidato al gobierno de Veracruz”.

Era el principio del fin.

Y aunque Cuitláhuac en esa primera instancia no se llevaría la victoria ya que sería para Miguel Angel Yunes, sí dejaría una honda división y resentimiento entre la tradicional izquierda veracruzana, los viejos perredistas y los neomoremos que reclamaban amistad con el Peje, derecho de antigüedad y una mayor experiencia para quien pretendiera ese tipo liderazgo.

El aspirante Cuitláhuac García venía de la nada.

Su único antecedente electoral es que de manera por demás jocosa amenizaba los previos de los mítines políticos vestido de payaso.

Ya desde entonces asomaba la división y el temor del propio Cuitláhuac quien en corto comentaba con sus allegados que no era para tanto la extraordinaria responsabilidad que le encomendaba el Peje como lo era gobernar Veracruz.

Dos años más tarde –ya sabe usted la perniciosa necedad del “valiente” Peje- de nuevo se pronuncia en favor de Cuitláhuac, quien se desempeñaba como diputado federal en una de sus más grises participaciones ya que nunca subió a tribuna.

Pero esta vez si se la llevó por dos razones fundamentales, el “Efecto Peje” y el malestar ciudadano contra en gobernador Yunes Linares al querer imponer a su hijo como sucesor.

Así, el ocho de julio del 2018 el órgano electoral veracruzano lo declara “Gobernador electo”, mientras sus enemigos, opositores y ya para entonces aldeas o células morenistas, no tuvieron más que morderse uno y la mitad del otro y apechugar con la esperanza de que un gobernador fuerte repartiría espacios de poder y fuerza al partido.

Lo primero lo hizo por mandato superior –AMLO, Nahle y Manuel Huerta a través de sus ligas con Morena nacional-, pero nunca daría juego a los equiperos recomendados, aunque sí chance de meter la mano en el cajón.

Ello, sin embargo, no ha sido suficiente ya que son muchos los demandantes.

Así, tras el arranque del nuevo gobierno algo pasó.

El debilitamiento del gobierno entrante producto de sus desaciertos, la confusión en el ejercicio del mandato, el entregarse a su segundo, Eric Cisneros, la entronización de la “Cofradía de la Mano Caída”, aunado el malhumor y caprichos nepotistas del mandatario, provocaron que Morena se fracturara.

Manuel Huerta Ladrón de Guevara, quien confiaba en ungirse como el gobernador tras bambalinas, gracias a la súper delegación que le fue encomendada, se fue de espaldas al no ser considerado en nada.

Cuitláhuac no solo nunca lo peló, sino que chocó en privado y también en público con él. No se tragan. Ambos se ponen zancadillas ante el jefe y se grillan mutuamente.

La militancia, consecuentemente, quedó sin un faro que los guiara por lo que simplemente se fue por el arrebato.

Quienes no lograron jugosas posiciones de poder en el gobierno estatal al encontrar las puertas cerradas, se refugiaron en Morena, un partidito sin guía nacional por las broncas que allá también tienen.

Y carroñeros al fin entablaron una lucha sin cuartel contra sus propios pares con la esperanza de que para las intermedias en donde habrán de renovarse las diputaciones y presidencias municipales, puedan llevar agua a su molino, aun cuando faltan dos años para la contienda.

En ese escenario, lo sucedido este fin de semana no es vergonzoso, es lo normal entre los morenos, agarrarse a madrazos.

Reseña la brillante reportera Isabel ortega que una denuncia penal ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, por el desvío de recursos públicos, y la suspensión de las asambleas distritales de Pánuco, Tuxpan, Papantla, Martínez de la Torre, Huatusco, Minatitlán, Córdoba, y Cosoleacaque, el pasado sábado, fue el resultado del proceso interno de Morena en Veracruz, en el que buscaba la elección de 200 delegados estatales.

El malestar de los militantes de Morena que no aparecieron en el padrón del partido derivó en la irrupción en las reuniones partidistas, golpes y manotazos lo que generó la suspensión de manera indefinida.

La “Banda de los Eric´s” atrás de todo, es la mano negra.

En días pasados diputados de Morena, hicieron público que el Secretario de Gobierno, Eric Cisneros, en contubernio con el secretario de Desarrollo Social (Sedesol), Guillermo Fernández, estaban usando los programas sociales para ganar el voto de los militantes a favor de sus candidatos.

José Magdaleno Rosales Torres, diputado local de Medellín exhibió al grupo político del Secretario de gobierno, Eric Cisneros Burgos, quién decide y da órdenes a los Delegados de la Secretaría de Bienestar, que encabeza Manuel Huerta Ladrón de Guevara, para que los apoyos federales que llegan a dicha Secretaría se utilicen para favorecer a delegados de Morena.

De ahí todo el desmadre ante lo cual los partidos de oposición están de plácemes.

Están ansiosos de que le sigan por ahí convencidos de que Morena es como los de la película “Misión Imposible”, en donde sus misiones, si deciden aceptarlas, se destruyen en cinco segundos.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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