En estos últimos días, la violencia se ha recrudecido no solo en las ciudades, sino también en el hogar. Desafortunadamente los más afectados son los hijos, ya que en ocasiones son descuidados por los padres, que debido a las circunstancias adversas, enfocan todo su tiempo y energía a conseguir dinero para tener lo más básico en casa.
En este panorama, es necesario que el maestro este consiente del contexto en el que se desarrolla su alumno, para que pueda crear en el aula una atmósfera que invite a todos a investigar, a aprender, a construir su aprendizaje, y no sólo a seguir lo que él hace o dice. El rol del maestro no es sólo proporcionar información y controlar la disciplina, sino ser un mediador entre el alumno y el ambiente. El maestro debe ser un promotor de la paz, y crear una atmosfera de armonía y respeto entre los alumnos y maestros. Atrás debe quedar la tesis de que “la letra con sangre entra”.
Sin embargo, debido a la masificación en las aulas, y al poco interés de algunos maestros, y sobre todo al poco interés de muchos padres, varios alumnos se dejan llevar por la vorágine de violencia. Algunos son presa del narcotráfico y la prostitución. El índice de alcoholismo, y de embarazos prematuros se ha disparado. La Encuesta Nacional sobre la Salud y el Consumo de Drogas del 2018, demuestra que el índice actual de consumo de alcohol aumenta según la edad, de menos de 1% a los 12 años de edad a 19% a los 16 y 53% a los 20. Por tal razón es necesario que padres, maestros y autoridades, unan esfuerzos, para no perder la batalla.
Comentarios