Los vecinos no lo hicieron una, sino varias veces. Con una coperacha de sus propios recursos económicos compraron los materiales que necesitaban para tapar los baches de la maltrecha calle, otros más pusieron de su conocimiento y de su trabajo.
Hombres y mujeres se organizaron y solucionaron sus problemas. Si usted les pregunta a estos vecinos qué ayuda recibieron del alcalde, le dirán que sólo promesas huecas. Estos vecinos admirables demostraron que para ellos el alcalde sólo está de parapeto y que no sirve absolutamente para nada. Al menos ellos ya demostraron que no necesitan a Pedro Hipólito Rodríguez Herrero.