Todos estos malestares los hubiera evitado el arzobispo de Xalapa si hubiera visto el video que circula donde el gobernador se quita el saco, se pone un chaleco y se mete al patio de su casa para revisar que no haya larvas del mosquito trasmisor del dengue. Hipólito Reyes Larios es sólo uno de los miles de enfermos de dengue que hay en Veracruz, consecuencia de la nula prevención y de las escasas medidas sanitarias que debieron aplicarse desde el mes de enero o febrero.
Esta es la consecuencia de tener un gobernador incapaz, con funcionarios incapaces como él, que sólo están buscando cómo hacer negocio y a quién echarle la culpa de sus negligencias. El dengue, como ya lo habíamos reportado, está fuera de control en Veracruz y si no se hace nada ante esta crisis sanitaria, más enfermos seguirán reportándose.