Todo sucede en pocos segundos. Después del robo el sujeto sale del local como si nada, tan campante, seguro de que la policía, como en el caso del asalto al Pollo Feliz, no le va a hacer nada. Vale mencionar que una de las quejas de los comerciantes de Xalapa es que los asaltos van cada vez más en aumento.
El problema es que, al no actuar las autoridades, los ladrones se arman de valor para seguir delinquiendo. Es urgente que se detenga este tipo de delitos. No basta con montar operativos temporales, que son muy vistosos, pero poco efectivos. Una vez que retiran el operativo, los “halcones” de la delincuencia dan el pitazo para que los asaltantes salgan de su guarida para ponerse a trabajar.