En Tucson, Arizona, Pablo Martínez de 31 años fue acusado de asesinato en primer grado luego de que asesinara a su hijo con agua hirviendo; cuando la policía le preguntó por qué lo había hecho, el de 31 alegó que quiso sacarle el demonio que tenía su bebé adentro. Ahora este hombre es acusado de asesinar a su hijo con malicia y premeditación, luego de que sostuviera al pequeño debajo del grifo de agua hirviendo por al menos 10 minutos. Durante el interrogatorio, Martínez aseguró que la semana pasada le encontró un demonio al niño, por lo que el padre tenía que sacar sí o sí y la única manera de hacerlo, según él, era poner al bebé debajo del grifo de agua caliente.
Por su parte, la madre Romelia Martínez dijo haber escuchado ruidos extraños en el baño y cuando quiso entrar, esto le resultó imposible ya que la puerta estaba cerrada con llave, tras esto, Romelia decidió llamar al 911. Al cabo de un rato, la madre pudo entrar y vio a su marido practicarle la resucitación cardiopulmonar con agua fría.
La madre llevó de emergencia al bebé al hospital, pero el esfuerzo fue inútil ya que los doctores declararon muerto al bebe. Los galenos le dictaminaron quemaduras en más del quince por ciento de su cuerpo, incluyendo antebrazos, los codos y la cabeza. Cuando le preguntaron a Pablo lo que había pasado, éste les respondió que no entenderían, pues no tenían la mentalidad y las creencias correctas.
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