Por su parte, la madre Romelia Martínez dijo haber escuchado ruidos extraños en el baño y cuando quiso entrar, esto le resultó imposible ya que la puerta estaba cerrada con llave, tras esto, Romelia decidió llamar al 911. Al cabo de un rato, la madre pudo entrar y vio a su marido practicarle la resucitación cardiopulmonar con agua fría.
La madre llevó de emergencia al bebé al hospital, pero el esfuerzo fue inútil ya que los doctores declararon muerto al bebe. Los galenos le dictaminaron quemaduras en más del quince por ciento de su cuerpo, incluyendo antebrazos, los codos y la cabeza. Cuando le preguntaron a Pablo lo que había pasado, éste les respondió que no entenderían, pues no tenían la mentalidad y las creencias correctas.
